De todos es conocida la tensa relación que el luso mantiene con el vestuario y en especial con el de Móstoles.
Desde su llegada, hace dos veranos, Cristiano Ronaldo no ha dado ni una sola muestra de integración en el vestuario del Real Madrid. Su egocentrismo y su individualismo le han enfrentado al resto de la plantilla hasta protagonizar algunos enfrentamietos que han amenazado con dinamitar la estabilidad del club. Su principal punto de mira ha sido el capitán Iker Casillas, especialmente, a raíz de unas reflexiones públicas de la novia del portero, la periodista Sara Carbonero, sobre la manera de jugar del portugués.
Aquello estuvo a punto de crear un cisma en la entidad e incluso precisó la intervención del propio Florentino Pérez para devolver las aguas a su cauce. La relación de Cristiano Ronaldo con el resto de sus compañeros es prácticamente inexistente con excepción echa del clan de habla portuguesa -Marcelo, Pepe, Carvalho y Kaká- y el argentino Di María, con el que comparte representante. Y con Casillas la situación es realmente tensa.
El guardameta explotó el sábado al comprobar que se quedaba solo con Pepe, Adebayor, Carvalho, Sergio Ramos y Marcelo agradeciendo desde el centro del campo el incondicional apoyo de la afición mientras el resto de sus compañeros, encabezados por Cristiano Ronaldo se retiraban a los vestuarios. El portugués fue el primero en desaparecer y al entrar en la caseta, Casillas le recriminó su actitud, recordándole su deber con la afición y la necesidad de mostrar unidad ante los tres trascendentales retos que aún les quedan por delante frente al Barcelona.
El último capítulo del divorcio entre Ronaldo y un vestuario que hace apenas un mes asistió perplejo a una charla en la que el luso lanzó un dardo a sus compañeros diciéndoles que “si no fuera por mí, estaríamos a 20 puntos del Barcelona”. Fue antes de perderse el primer partido de Liga, por lesión, en Santander. El Madrid ganó 1-3
Fuente: sport.es