José Mourinho el gana la pulseta a Valdano

Llega el tramo decisivo de la temporada y Mourinho tiene motivos para el optimismo. Meses después de su aterrizaje en el Bernabéu, el entrenador ya ha conseguido su propósito de ser la gran referencia del madridismo. Deportiva e institucionalmente. Dentro y fuera del club.

El portugués fue el responsable de la eliminación del Barça en la anterior Champions, la única alegría madridista en dos años sin títulos. Por eso, la afición blanca se ha entregado al técnico y ni la humillación del 5-0 en el Camp Nou le resta credibilidad: nueve de cada diez simpatizantes blancos apuestan por que continúe en el banquillo aunque no logre ningún título este año, según encuestas de medios afines al club merengue.

Menos facilidades ha encontrado en el seno del club, donde ha mantenido un pulso con el director general, Jorge Valdano, un idealista que años atrás ya criticó el fútbol pragmático de los equipos del portugués. Harto de no tener todo el poder, Mou decidió pasar por encima del argentino y cuestionar en público la falta de respaldo institucional que decía sufrir.

Y el gesto que esperaba The Special One, llegó. En una compleja pirueta para no desautorizar a Valdano, Florentino suscribió públicamente las críticas de su entrenador. Y eso que el portugués tiene para todos: los árbitros, los encargados de confeccionar el calendario, los medios de comunicación, las alineaciones de otros equipos... Aunque, en definitiva, todos sus reproches tienen un único fin. Desestabilizar al Barcelona.

La llegada de Adebayor
Una vez despejado el camino, el portugués consiguió una reivindicación que reclamaba desde pretemporada: la llegada de un delantero de calidad, sobre todo con la baja de Higuaín, aquejado de una hernia discal desde noviembre. Así llegó cedido del Manchester City Emmanuel Adebayor, un jugador alto, potente y muy hábil de espaldas a portería. El togolés está dando un buen rendimiento y, sobre todo, parece haber despertado a Benzema, que ha mejorado sus registros con la llegada de más competencia. Con Benzema y Adebayor en forma, y con el regreso de Higuaín, a Mou se le ve satisfecho con sus posibilidades ofensivas.

Menos cambios hay de mediocampo hacia atrás. Casillas es el seguro de vida de siempre, arropado por una defensa que, al margen de los excesos de Pepe, destaca por su fiabilidad y la proyección ofensiva de Marcelo. Xabi Alonso, imprescindible, es el director de orquesta, Özil aporta la fantasía y Di María, el desborde. Y cuando la cosa se complica, está Cristiano Ronaldo, el único futbolista que se mantiene a la estela de los registros de Messi.

Con el respaldo incondicional de la afición, el pleno control de su parcela y sus peticiones deportivas satisfechas, Mourinho ya puede centrar todos sus esfuerzos en el cometido para el que llegó a Madrid: acabar con la hegemonía azulgrana. La respuesta, el 3 de mayo, a la conclusión de este histórico maratón de clásicos.
Fuente: elperiodico.com