Hacía tiempo que el Bernabéu no vibraba con su equipo como lo hizo en el choque que enfrentó al Real Madrid con el Barcelona. La comunión jugadores-público fue total, salvo en un detalle que no gustó nada al capitán.
Al final del partido ante el Barcelona los jugadores del Real Madrid se reunieron en el centro del campo para responder con aplausos al apoyo incondicional que durante los 90 minutos recibieron de su público. Se trata de una costumbre que suelen cumplir los jugadores blancos en las grandes ocasiones.
Sin embargo, Iker Casillas, el capitán, no ocultó en ese momento su malestar con sus compañeros Cristiano Ronaldo y Özil, que prefirieron encaminarse rápidamente al vestuario en lugar de seguir a sus compañeros hasta el centro del campo para devolver los aplausos a su afición. Casillas se lo recriminó sobre el césped con gestos ostensibles y luego también en el vestuario.
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Fuente: madrid-barcelona.com