El FC Barcelona está convencido de que los organismos disciplinarios, seguramente el propio Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol, actuará de oficio en la escandalosa y provocadora agresión de José Mourinho al segundo de Pep Guardiola, Tito Vilanova, en el transcurso de la tángana final de la Supercopa.
Las imágenes de la alevosa acción del portugués, que pretendía aprovechar la confusión para provocar a Vilanova, no sólo han dado la vuelta al mundo sino que han provocado, incluso en sectores del madridismo, una reacción de condena y de repulsa. Son de una eloccuencia tal que sólo cabe, por parte de las autoridades federativas, una intervención que responda al clima de alarma social y de malestar de la mayoría de los aficionados al fútbol, no sólo de los barcelonistas.
Nadie entendería hoy en todo el fútbol español que la actitud antideportiva de Mourinho quedase impune para vergüenza y ridículo del Comité de Competición y de la RFEF. Fueron testigos directos en el Camp Nou no sólo el propio presidente Ángel Maria Villar, sino también el Secretario de Estado para el Deporte, Alberto Soler.
Estrategia de consenso
En una cumbre celebrada la misma noche del miércoles y que prosiguió telefónicamente ayer, los estamentos azulgrana, desde la directiva al cuerpo técnico, coincidieron en que la gravedad de los hechos hablaba por sí misma y que no era necesaria ni tampoco pertinente una reclamación directa del Barcelona. Analizada la espiral de las actuaciones de Mourinho y de sus jugadores, hubo un consenso espontáneo en señalar al portugués como único y directo responsable del deterioro de las relaciones entre los internacionales y de la propia dinámica antideportiva de otros futbolistas como Pepe, Kedhira, Marcelo o el alemán Ozïl, también descontrolado frentre al Barça.
El club azulgrana ha calculado que la propia presión mediática madridista, que ya señala a Mourinho como responsable de la tángana y del escandaloso final de la Supercopa, conducirá a que las autoridades deportivas tomen de una vez cartas en el asunto.
Como los jugadores del Barça, que por boca de Xavi, Piqué o Alves, hasta exoneraron a Casillas y compañía, afirmando que eran víctimas de la maligna influencia de Mou, la directiva azulgrana támbién despidió a la madridista reconociendo que futbolísticamente el Madrid había jugado mejor en el Camp Nou, pero que había sido Mourinho el único culpable de afear el desenlace y la imagen del Real Madrid, algo en lo que parece estuvieron de acuerdo, con la boca pequeña eso sí, los directivos de la junta 'merengue', pero no Florentino, hoy su único valedor en el entorno del poder blanco.
Así, el Barça esperará a ver la reacción del Comité de Competición ante un hecho que trasciende, por perverso y por la mentira con la que luego Mou negó su descarado ataque a Vilanova, la propia esfera del deporte, pues forma parte de la conducta pública de un personaje como él, que influye en la opinión pública.(mundodeportivo.com)