El Derby caliente en la cancha y también en las tribunas

No hubo un respiro en el Clásico, ni siquiera a la hora de las presentaciones. El Santiago Bernabéu se quitó la fama de teatro para ser una olla a presión contra todo aquello que vislumbrara los colores culés y para defender a capa y espada su condición de españoles.

La afición del Real Madrid pobló con numerosas banderas nacionales las gradas del coliseo blanco y cantó en numerosas ocasiones “que viva España”, algo que crispó sobremanera al graderío azulgrana, que también llevó senyeras, pese a estar en gran minoría numérica.

Hubo conflicto en los despachos. La delegación de Gobierno y la Policía aconsejaron a la UEFA no emitir un manifiesto en catalán, pero el Barcelona insistió en que en Europa “siempre se ha utilizado el catalán en todos los estadios para dirigirse a sus aficionados” y, por tanto, se llevó a cabo, pese a la gran pitada que la mitad del estadio –aún no se había llenado– dirigió al discurso enunciado por Dolores Romero.

Sin embargo, los momentos de mayores decibelios se vivieron durante la presentación del partido. Ningún jugador visitante se libró de una pitada, pese a que fue el técnico Guardiola quien más entusiasmó las gargantas blancas, junto con un anuncio en megafonía que enunciaba: “Damos la bienvenida a los visitantes de Barcelona”. En aquel momento, el pleno del público apuntó su bandera española en dirección al cuarto anfiteatro del fondo sur, donde se ubicó al público culé.

El mosaico blanco reinó al inicio del choque, lo mismo que los cánticos contra Piqué y Shakira, la pareja de moda en la actualidad. El central fue pitado e increpado por sus supuestas manifestaciones antipatrióticas, mientras que la cantante no salió mucho mejor parada. El que sí recibió una buena ovación fue un Rafa Nadal que sufrió como un aficionado más en el palco y que se saltó el protocolo en alguna protesta.

Durante el choque, Víctor Valdés fue apuntado por un puntero láser en la cara y la megafonía del estadio hizo un llamamiento a la calma en su uso durante el descanso, pese al desdeñable espectáculo que se vivía en el campo con la pelea entre Pinto, Chendo, Arbeloa y varios jugadores más. Sin embargo, lo más patético llegó cuando los azulgranas marcaron y el público lanzó algunas botellas que impactaron en el corrillo. Xavi pateó las pruebas hacia una grada que animó hasta el final.

Aunque no lo crean, hubo personas en nuestro país que no tuvieron opciones televisivas para ver el fútbol. Sucedió en la Comunidad Autónoma de Cantabria, donde no existe una televisión que emitiera el partido, ya que los derechos eran de la Forta y no se llegó a un acuerdo con RTVE.
Fuente: intereconomia.com