Ayer, Iker Casillas cumplió 12 años con el Real Madrid. Doce años desde que debutó con el primer equipo del mejor club del mundo. Parece que fue ayer cuando detuvo aquel penalti en el Europeo de Nigeria de 1997 que daba el título a la Selección sub 16. Desde entonces, todos le hemos visto crecer con la certeza de que llegaría a convertirse en el mejor portero de todos los tiempos.
Recuerdo aquella tarde de mayo en que yo todavía era un niño, y las palabras de orgullo de mi padre al decirme: “ese chico es del Madrid”. El futuro que le esperaba sería aún mejor, conquistando todos los títulos habidos y por haber a todos los niveles, y demostrando que aquel penalti parado no era más que el preludio de una exitosa carrera.
Echando la vista atrás, casi no recuerdo la portería del Bernabéu sin Casillas. En todos estos años han pasado otros hombres por el arco merengue, como César, Diego López, Dudek o Adán, entre otros. Todos ellos sucumbieron ante la enorme calidad del ‘Santo’, tal y como es apodado en ciertos círculos radiofónicos. Y no es para menos. Sólo Del Bosque puso en duda su condición de indiscutible bajo los palos, y terminó convenciéndose de que estaba en un error.
La Novena Copa de Europa compensó todo el sufrimiento de aquella temporada. Todo el madridismo vibró con esos instantes finales en los que Casillas detuvo cada una de las acometidas del Bayer Leverkusen, desesperando como sólo él sabe a las delanteras rivales. Desde que Iker debutó, ha habido buenas y malas rachas, cambios y regresos de ciclo: pero lo que jamás ha cambiado ha sido la entrega del hombre más galáctico de este Madrid, aunque sea natural de Móstoles.
El 12 de septiembre de 1999 nacía para el Real Madrid una leyenda, sin ninguna duda el portero más importante de su historia. Campeón de todo con el club blanco y con la Selección Española, Casillas ha sido un digno sucesor de Raúl como capitán de este equipo. Por más que esté bajo los palos, este equipo necesita un líder como Iker. Un señor de los pies a la cabeza, tanto dentro como fuera del campo. Un madridista de los de verdad que sólo sueña con dar alegrías a su afición y en entregarse a fondo por sus colores. Desde este espacio, sólo quiero agradecerle todos estos años de entrega por y para el Real Madrid. Gracias, capitán.(defensacentral.com)