En una trifulca, que ya está dentro de la historia negra de la Copa América, la mayoría de los futbolistas paraguayos y venezolanos se pelearon cuando finalizó la segunda semifinal de la Copa América.
Durante los 120 minutos de partido ninguna de las dos selecciones pudo hacer un sólo gol. Pero una vez que acabó la tanda de penaltis, los futbolistas de los dos equipos se golpearon con puños, tortazo y patadas. La pelea más fuerte sucedió entre el paraguayo Néstor Ortigoza y el venezolano Miku Fedor.
El futbolista del San Lorenzo argentino y el del Getafe español estuvieron un durante un largo tiempo intercambiando golpes, como si fueran boxeadores callejeros, hasta que por fin fueron separados por sus compañeros.
La policía argentina se había mostrado impotente para calmar los ánimos. Es posible que Ortigoza y Fedor sean sancionados, por lo que el paraguayo no podría jugar la final ante Uruguay el domingo. Fedor también quedaría inhabilitado para el partido por el tercer puesto, contra Perú, el sábado.
El problema comenzó en la manga que conecta los vestuarios con el campo de juego. Según dijeron los venezolanos, su reacción se debió a que los paraguayos se burlaron de los perdedores. "Nos mostraban la lengua y nos decían que nos fuéramos para nuestro país", explicó un integrante del cuerpo técnico venezolano.
Insólitamente, varios minutos después de la trifulca, cuando los paraguayos ya estaban en el vestuario y los venezolanos aún lamentaban la derrota dentro del campo de juego, el delantero José Salomón Rondón lanzó un termo hacia la tribuna donde estaban los hinchas paraguayos.(elmundo.es)
