La euforia vista en la cancha y las tribunas se trasladó hasta el vestuario blanquirrojo. Los jugadores peruanos no se guardaron nada en los festejos, tanto que algunos no pudieron detener las lágrimas.
“En el vestuario hubo alegría total, abrazos y hasta llanto”, confesó el portero Raúl Fernández sobre cómo se vivió la victoria ante los colombianos, que catalogó como “un partido muy duro”.
Todo es felicidad no solo en Córdoba, sino en cada rincón del Perú que festeja el pase a las semifinales después de 14 años.
CONFIANZA PLENA
El arquero dijo a los periodistas que estaba confiado en que iba a atajar el penal cobrado por Radamel Falcao. “Le dije a mis compañeros que estén atentos al rebote porque la iba a tapar. Bueno, no la atajé pero (Falcao) la botó igual. Tenía mucha confianza en mí mismo”, aseguró.(elcomercio.pe)